La Ermita de Nuestra Señora de las Vegas en Requijada
es una de las joyas del románico segoviano. Se ha especulado
con la posibilidad de que parte de la iglesia, concretamente
la nave meridional, puerta y galería, fuera de finales
del XI o comienzos de siglo XII, y a su vez se levantara sobre
una antigua basílica paleocristiana. Posteriormente, aunque
todavía en época románica, se edificaría
el resto de las naves. Según asegura la tradición,
en esta bella iglesia románica fueron bautizados los siete
Infantes de Lara, basándose para ello en las siete cabezas
de jóvenes que se pueden ver representadas en su pila
bautismal. Lo que si que es más verosímil es el
hecho de que en esta ermita se elegían a los procuradores
generales de la Tierra de Pedraza.
Acoge a la patrona de la comarca de Pedraza, Nuestra Señora
de las Vegas y hace unos años fue restaurada eliminando
los muros que cegaban su galería porticada y declarada
Monumento Histórico-Artístico en 1969.
La galería
La galería porticada es la pieza más espectacular.
Tiene la más pura distribución románica
de siete arcos distribuidos en dos grupos de tres y de cuatro,
a los lados de una puerta de dos arquivoltas y guardapolvos.
Los citados arcos apoyan sobre columnas geminadas, cuyos capiteles
son cestas unidas que permitieron a los escultores tallarlos
sin individualización, por lo que las superficies están
cubiertas de grandes relieves muy expresivos, con una iconografía
de centauros, aves, sirenas, cabezas humanas y arpías.
La puerta
El acceso al templo se realiza a través de una llamativa
portada de cuatro arquivoltas. La arquivolta exterior presenta
flores de ocho pétalos con botón central, la segunda
es ajedrezada, la tercera de baquetón y, por último,
la rosca interior presenta en cada dovela un motivo de róelos.
Las arquivoltas descansan sobre jambas con aristas finamente
aboceladas salvo una pareja de columnas cuya decoración
consiste en arpías y leones con el lomo erizado. Este
último motivo se repite en un capitel del ábside
del Evangelio.
Las enjutas de la puerta tienen figuras que representan a la
Virgen y al Arcángel San Gabriel, en la escena de la Anunciación.
El interior
La planta es casi cuadrada y tiene tres naves de dos tramos separadas
por los habituales arcos formeros doblados de medio punto sobre
pilares y semicolumnas. La cubierta es de madera. Los capiteles
son lisos salvo uno que muestra motivos vegetales y los cimacios
son de nácela.
Al ábside principal se accede a través del arco
triunfal doblado sobre dos pares de columnas y su interior no
es apreciable por llevar un retablo barroco. Los dos absidiolos
laterales son semejantes y en los muros laterales vuelve a haber
arcos ciegos sobre columnas. El ábside meridional es de
gran tosquedad, mientras que el septentrional fue desmontado
y desplazado para poder soportar la torre y conserva el arco
triunfal y las arquerías ciegas con capiteles.
Toda la cabecera está cubierta por bóveda de cañón
en el presbiterio y horno en el ábside creadas con calicanto.
El ábside principal presenta tres vanos. El central
es de tiempos modernos y los laterales son simples aspilleras.
El testero meridional es plano, y lleva una tosca ventana con
arco sobre columnas. El absidiolo del Evangelio tiene una ventana
con dos arquivoltas, de moldura sobre columnas la interior, y
de triple baquetón en zigzag resaltado la superior, homologando
esta parte de la construcción con otras como Sotosalbos,
El Arenal y Rebollo.
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