Conduce
las aguas del manantial de la Fuenfría, situado en la
sierra cercana a 17 kilómetros de la ciudad, en un paraje
denominado La Acebeda. Recorre más de 15 kilómetros antes de llegar a la ciudad. El agua se recoge primeramente en
una cisterna conocida con el nombre de El Caserón, para
ser conducida a continuación por un canal de sillares
hasta una segunda torre (llamada Casa de Aguas), donde se decanta
y desarena, para continuar su camino.
Después recorre
813 m (con una pendiente de un 1 %) hasta lo alto del Postigo
(el espolón rocoso sobre el que se asentaba la ciudad
en torno al Alcázar). Antes, en la plaza de Día
Sanz, hace un brusco giro y se dirige hacia la plaza del Azoguejo,
donde salva la depresión con una arquería, que
presenta todo el esplendor del monumento. En la parte más
elevada mide 28 metros (con cerca de 6 metros de cimientos)
y tiene dos órdenes de arcos sobre pilares. En total, tiene 167 arcos.
Desde su llegada a la ciudad hasta la plaza de Día Sanz
hay 75 arcos sencillos y a continuación 44 arcadas de
orden doble (esto es, 88 arcos), siguiendo después otros
cuatro arcos sencillos. En el primer sector del acueducto aparecen
36 arcos apuntados, reconstruidos en el siglo XV para restaurar
la parte destruida por los musulmanes en el año 1072.
En el piso superior, los arcos tienen una luz de 5,10 metros,
con los pilares de menor altura y grosor que los del piso inferior.
El remate es un ático por donde discurre el canal conductor
de agua (con una sección en forma de U de 180 x 150 cm),
adaptándose el piso inferior a los desniveles del terreno.
En el piso inferior, los arcos tienen una luz que oscila alrededor
de los 4,50 metros y los pilares disminuyen su sección
de manera escalonada, de abajo arriba: en la coronación
tiene una sección de 1,80 x 2,50 metros, mientras que
en la base llegan a alcanzar 2,40 x 3 metros.
En la época de los Reyes Católicos se realizó
la primera gran obra de reconstrucción del acueducto.
Se encargó de las obras el prior del monasterio cercano
de los Jerónimos del Parral, llamado Pedro Mesa. Se reedificaron
36 arcos, con mucho respeto hacia la obra original. Más
tarde, en el siglo XVI, fue cuando se pusieron en los nichos
centrales las estatuas antes mencionadas de la Virgen del Carmen
y san Sebastián.
La arquería del acueducto es el hito arquitectónico
más importante de la ciudad. Se ha mantenido en activo
a través de los siglos y quizás por eso haya llegado
al tiempo presente en perfecto estado. Hasta casi nuestros días proveía de agua a la ciudad de Segovia, y más
concretamente al Alcázar
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